El foam rolling es un tipo de automasaje (liberación miofascial) que utiliza un dispositivo para proporcionar una compresión directa que ayuda a liberar la tensión de los músculos, aliviar las agujetas y mejorar la flexibilidad y la amplitud de movimiento.
Existen tres tipos principales de rodillos de espuma: lisos, de puntos gatillo y vibratorios. Un rodillo liso suele ser suave y funciona mejor si eres nuevo en la auto-liberación miofascial. Pero incluso si optas por un rodillo liso "más suave", al principio sentirás cierta incomodidad.
¿Es el foam rolling mejor que los estiramientos? Los estiramientos estáticos antes y después del entrenamiento pueden ayudar a alargar los músculos y mejorar la flexibilidad. El foam rolling también lo hace, pero además puede atacar y aliviar la tensión en la capa superficial del cuerpo. Los estudios demuestran que el foam rolling combinado con los estiramientos estáticos es lo que más mejora la flexibilidad.
Se recomienda hacer espuma todos los días, igual que los estiramientos, para prevenir lesiones, aumentar el flujo sanguíneo y relajar los músculos tensos. Al hacer el rodillo de espuma, debe permanecer en el punto sensible al menos 30 segundos o hasta que sienta que se afloja o se vuelve menos tenso. De lo contrario, se aconseja rodar de 1 a 5 minutos en cada sección del grupo muscular. Evite rodar sobre zonas óseas.
Los pacientes con trastornos hemorrágicos deben tener cuidado de no pasar el rodillo de espuma sobre la zona de la hemorragia activa. Usted puede rodar suavemente sobre los grupos musculares por encima o por debajo de la zona afectada después de que el sangrado esté controlado. Si tiene preguntas sobre el foam rolling, especialmente durante una hemorragia activa, llame al COA para consultar con una enfermera. A continuación se enumeran otras contraindicaciones del foam rolling:
- Erupciones cutáneas, heridas abiertas, ampollas, inflamación local de tejidos, hematomas o tumores.
- Osteoporosis
- Fractura ósea o miositis osificante
- Enfermedad cardiaca, hepática o renal aguda o grave
- Afecciones neurológicas que provoquen pérdida o alteración de las sensaciones (por ejemplo, esclerosis múltiple).
- Afecciones sistémicas (por ejemplo, diabetes)
- Trastornos del tejido conjuntivo
- Medicamentos que diluyen la sangre o alteran las sensaciones
- Dolores crónicos
- Embarazo (consultar al médico)Malestar extremo sentido por la paciente
- Trombosis venosa profunda
- Cáncer o neoplasia
- Hipertensión
- Infección aguda (vírica o bacteriana), fiebre o enfermedad contagiosa
- Trastornos hemorrágicos (consultar al médico)
- Cirugía o lesión reciente
- Insuficiencia o enfermedad vascular periférica
- Presión directa sobre las varices
- Presión correcta sobre cara, ojos, arterias, venas o nervios.
- Presión directa sobre regiones óseas (vértebras lumbares)
- Escoliosis grave o deformidad de la columna vertebral