A medida que la esperanza de vida de nuestra población con trastornos hemorrágicos sigue aumentando hasta alcanzar la del estadounidense medio, nuestros pacientes deben comprender que corren el riesgo de padecer las mismas enfermedades que más del 50% de todos los estadounidenses. Esto es especialmente cierto si se tiene en cuenta que los proveedores están viendo un mayor número de adultos con un trastorno hemorrágico que también tienen colesterol alto, presión arterial alta, diabetes, obesidad y enfermedad renal o hepática.
Desde una edad temprana, a nuestros pacientes se les dice que su trastorno hemorrágico hace que su sangre no coagule adecuadamente. Si bien esto es cierto, no inmuniza a nuestros pacientes frente a eventos cardiovasculares como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Cuando hablamos de coagulación inadecuada desde el punto de vista de un trastorno hemorrágico, nos referimos a irregularidades en la cascada de la coagulación. La cascada de la coagulación se activa cuando se produce una lesión en un vaso sanguíneo. Se forma un tapón plaquetario inestable y, una vez completada la cascada, se estabiliza el tapón que se formó originalmente. Si el trastorno hemorrágico es uno que afecta a las plaquetas, a uno de los factores de coagulación o al factor von Willebrand, el tapón plaquetario no podrá estabilizarse tan rápidamente. Esta es la razón por la que una persona con un trastorno hemorrágico sangra durante más tiempo que una persona normal y, por lo general, tiene un riesgo menor de sufrir una TVP, una embolia pulmonar u otros riesgos de coagulación.
A medida que las personas envejecen, las arterias pueden endurecerse y presentar una acumulación de placa. La placa puede empezar a formarse en la infancia y ser sólo una fina capa de grasa. A medida que una persona envejece, esta capa sigue creciendo sobre sí misma. Esto es especialmente cierto si una persona tiene demasiado colesterol LDL (colesterol malo) y poco colesterol HDL (colesterol bueno). A medida que las capas se acumulan, las arterias se estrechan y se limita el flujo sanguíneo. El estrechamiento de las arterias debido a la placa puede tener consecuencias profundas, como infarto de miocardio, ictus y aneurismas, al no llegar suficiente oxígeno a la zona. La placa también puede crear una lesión en el vaso que puede activar la cascada de coagulación y provocar un coágulo. Este coágulo puede desplazarse a otras zonas del cuerpo y causar problemas como una embolia pulmonar (EP), un infarto de miocardio o un ictus.
Es importante que nuestros pacientes visiten anualmente a su médico de cabecera. En este examen anual, los laboratorios en ayunas deben ser dibujados. Estos análisis mostrarán los niveles de colesterol y azúcar en sangre, así como otros datos que el médico examinará para determinar el estado general de salud. El médico de cabecera colaborará con el paciente en la gestión de los problemas de salud y elaborará un plan de colaboración que permita al paciente vivir su mejor vida hasta bien entrados los años "dorados".